Breves felicidades
Jamás he podido renunciar a la luz, a la felicidad de existir, a la vida libre en que he crecido. Pero aunque esta nostalgia explique muchos de mis errores y de mis faltas, me ha ayudado sin duda a comprender mejor mi oficio, me sigue ayudando a mantenerme, ciegamente, junto a todos estos hombres silenciosos que no soportan la vida que se les hace en el mundo más que por el recuerdo o el refugio en el remanso de breves y libres felicidades.Albert Camus
Verso heroico
Esta mañana alguien se suicidó en el subte. Al menos, era el rumor que corría entre los tantos pasajeros huérfanos de transporte que intentaban definir acertadamente el medio que los llevaría hacia sus respectivos trabajos sin tardar una eternidad. Tarea vana un viernes a las 8.30 de la mañana varados entre el cementerio y las alcantarillas del subte. Ningún transporte aseguraba un viaje rápido y, mucho menos, cómodo. Algunos hasta se atrevían a proponer itinerarios colectivos -en taxi, claro- hasta el centro de la ciudad. Mientras esperaba el 93, con alrededor de 50 ó 60 personas adelante, una chica alborotada me sugirió el módico traslado, pero insistía en buscar acompañantes para que nos saliera más barato. La gente tan agarrada me pone de malhumor. Decidí tomarme el 39, bajarme lo más cerca posible del laburo y parar un taxi sola.
El buen ánimo de los viernes parecía haberse alterado por el sorpresivo accidente. Un accidente que no lo fue tanto. Un hombre, imagino desesperado, había decidido terminar sus días abajo del subte. Una muerte espantosa. La muerte ya espantosa y terrible en sí misma, adquiere un tono más trágico cuando se trata de un suicidio de esta clase. No es una muerte tranquila, pacífica, sino todo lo contrario. Meditaba sobre estas cuestiones cuando los pasajeros del 39 y el chofer comenzaron una discusión acerca de la cantidad de gente que subía al colectivo. ¿En qué se nos van los días? ¿Cómo definir ese afán de levantarse todas las mañanas para llegar temprano al trabajo, trabajar y a la hora de salida tener un programa para perder el tiempo de día útil que nos queda para regresar a la mañana siguiente a la rutina diaria? ¿Qué sentido tiene esa rutina? ¿Hacia dónde quieren llegar los pasajeros alterados que discutían con un chofer sobrepasado por el tránsito y harto de manejar un mismo recorrido todos los días? Quizás, el hombre de la estación Callao eligió la mejor parte.
Ya sé. Que esta vida es linda y vale la pena. Que el sentido último no se agota en el cajón de madera de la morada final. Pero cuesta. A veces, el tiempo se hace cuesta arriba y uno se termina sintiendo como Sísifo con su piedra. ¿Tanto esfuerzo para qué? El contraste era, justamente, las quejas estúpidas de mis compañeros de viaje y el sin sentido del pobre tipo de la estación Callao.
A las 10 de la mañana llegué al trabajo envuelta en estos pensamientos. Lamentablemente, las tareas inmediatas no esperan, enseguida, con un café reparador tuve que olvidarme del sin sentido para sumergirme en el trabajo diario e intentar convertir, como tantas veces leí, la prosa diaria en verso heroico.
Stuck in a moment
Un mensaje de esperanza antes del fin de semana... I´m not afraidOf anything in this worldThere´s nothing you can throw at meThat I haven´t already heardI´m just trying to findA decent melodyA song that I can singIn my own companyI never thought you were a foolBut darling look at youYou gotta stand up straightCarry your own weightThese tears are going nowhere babyYou´ve got to get yourself togetherYou´ve got stuck in a momentAnd now you can´t get out of itDon´t say that later will be betterNow you´re stuck in a momentAnd you can´t get out of itI will not forsakeThe colors that you bringThe nights you filled with fireworksThey left you with nothingI am still enchantedBy the light you brought to meI listen through your earsThrough your eyes I can seeAnd you are such a foolTo worry like you do I know it´s toughAnd you can never get enoughOf what you don´t really need nowMy, oh my You´ve got to get yourself togetherYou´ve got stuck in a momentAnd you can´t get out of itOh love, look at you nowYou´ve got yourself stuck in a momentAnd you can´t get out of itI was unconscious, half asleepThe water is warm ´til you discover how deepI wasn´t jumping, for me it was a fallIt´s a long way down to nothing at allYou´ve got to get yourself togetherYou´ve got stuck in a momentAnd you can´t get out of itDon´t say that later will be betterNow you´re stuck in a momentAnd you can´t get out of itAnd if the night runs overAnd if the day won´t lastAnd if our way should falterAlong the stony passAnd if the night runs overAnd if the day won´t lastAnd if your way should falterAlong this stony passIt´s just a momentThis time will pass
Pasión inútil
Ayer fue miércoles de ceniza. Día de supuesto ayuno y abstinencia, aunque para quienes vivimos a dieta es un día como tantos otros, por eso, preferí aplicar el criterio que se refiere a las cuestiones de corazón y no tanto a los hechos tan concretos y pragmáticos como no comer carne, por ejemplo. No es mi intención realizar un detalle pormenorizado de mis pequeños sacrificios para comenzar la Cuaresma, no es el ánimo de este texto considerando el evangelio de la Misa de ayer en el que Jesús aconseja que nuestra mano izquierda no se entere de lo que hace la derecha y ofrece otros ejemplos.
Al margen, siempre me pasa lo mismo, me pierdo en palabras… Quizás los textos no sean más que prólogos para desarrollar ideas que nunca llegan. Tal vez, lo accesorio finalmente sea lo esencial y no al revés. Y me sigo perdiendo en el laberinto de ideas y palabras. ¿Cuál es mi punto? Comentar los pensamientos acerca de las cenizas.
Que ayer, entonces, fui a Misa. Nunca me quedó claro si se trataba de una celebración de precepto, aunque, en realidad, considerando mi dudosa regularidad en la Misa de los domingos, no es un tema preocupante. Lo cierto es que la iglesia estaba llena casi como un domingo. Siempre me gustaron las celebraciones religiosas con signos concretos, como la bendición de las gargantas con las velas, las luces apagadas de la vigilia pascual, la adoración de la cruz del Viernes Santo y demás. Y la imposición de las cenizas es una de mis preferidas más que nada por el signo concreto elegido: la nada. Porque las cenizas son nada, tocarlas es casi hacerlas desaparecer. Un poco de aire y vuelan. Al tacto casi son imperceptibles. Ayer el sacerdote invitó a recibir las cenizas en la palma de la mano. “Ceci, recuerda que eres polvo y al polvo volverás”, me dijo porque me conoce. Y en esas cenizas en la palma de la mano con forma de cruz contemplé el futuro incierto. Contemplé la fragilidad del hombre, la nada que somos, lo efímero de la materia, lo terrible de la muerte. Terrible porque somos cuerpo y la muerte no es más que la separación de la materia de aquello que, justamente, le da vida. Me vi suspendida en el aire pendiente de un hilo… Pero no logré ubicarme en perspectiva. Es cierto, importa poco el dolor del mundo si después vendrá el para siempre de felicidad eterna, pero no me basta. Dicen que quien sabe ser feliz en la tierra, podrá ser feliz en el cielo… Y por ahora, me intuyo lejos de la felicidad. Al menos, de esa alegría que se mantiene aunque todo sea negro. Es que no entiendo Su lógica, no comprendo su manera de administrar los destinos de las personas. Pero, a la vez, no quiero volver al polvo y que esta vida no sea más que una broma de mal gusto, un fósforo que se enciende y en segundos se apaga… No quiero que la vida termine siendo una pasión inútil…
Dolor
Hoy me dediqué a escuchar canciones viejas... estos son algunos fragmentos de un tema de Charly y Pedro Aznar, Tu amor... Otra canción de Charly dice "nadie pudo ver que el tiempo era una herida, lástima nacer y no salir con vida, yo quiero llorar". Desde las sombras no vi las sombras y no vi luzNo voy a llorar si nadie me acompañaNo voy a dejar ni un camino sin andar...Yo quiero el fin del dolor, pero no hay fin, siempre hay másNo voy a esperar las caras que yo extrañoNo voy a esperar que el destino hable por míYo sé que entenderás que amor,para quien busca una respuesta, es un poquito más que hacerte el bien...